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divendres, 11 d’abril del 2025

OLIVA 1925, ARA FA CENT ANYS

En juliol de 1925, el diari Las Provincias va dedicar tres quarts de pàgina per donar a conéixer als seus lectors "La floreciente ciudad de Oliva", un article escrit per Luis Cardona Riera. D'una banda, l'autor exposava alguns trets històrics d'"una de las ciudades más importantes de nuestra provincia", segons les seues pròpies paraules. De l'altra, visitava l'Ajuntament per entrevistar-se amb l'alcalde de l'època: Francisco Salabert Espasa. No obstant això, el primer edil no es trobava a Oliva en aquell moment, i el redactor fou atés pel tresorer municipal. L'entrevista amb aquest funcionari ens ofereix una valuosa perspectiva sobre la ciutat de fa un segle.

Amb motiu del centenari de la publicació de l'article, he considerat oportú reproduir la visita a l'Ajuntament de Luis Cardona. Per a il·lustrar el post, he inclòs dos imatges d'anuncis publicitaris que acompanyaven el text original.


En la Alcaldia

Hallándome durante mi permanencia en esta ciudad, en el Casino del centro, oí en la mesa contigua a la que yo me encontraba, que unos señores, algo desaliñados, a usanza de estos pueblos en la época del estío, que compartían amigablemente saboreando su café y buen cigarro, decir que el alcalde había hecho muchas mejoras en la ciudad; aún más: aseguraban que era el mejor alcalde que ha tenido Oliva.

Desde aquel instante me hice el propósito de visitarle, y momentos después lo ponía en práctica. Una bonita escalinata de mármol me conduce a las oficinas municipales, que son amplias, despajadas, donde nótase mucha disciplina y rigidez. Todo está muy ordenado; todos los empleados trabajan con ahínco; todo el mundo ha asimilado la actividad y la entereza de carácter del buen acalde, y colabora al feliz éxito de su gestión.

He entregado mi tarjeta al alguacil, que sale al momento acompañado de un distinguido señor, de edad provecta, que usa lentes de oro, que me sonríe amablemente, y me dice que el alcalde no está, pero al enterarse de mis deseos me contesta que ello no obsta para facilitarme los datos que puedan interesarme. Y he pasado a su despacho; en él se encuentra una sólida caja de caudales y el archivo municipal. Olvidamos anotar que este simpático caballero es el contador.

Nos hemos acomodado en elegantes sillones, y mi interlocutor ha principiado a contestarme.
-¿...?
-Sí; la Alcaldía se encontraba en buena marcha al encargarse de ella el actual alcalde, don Francisco Salabert, el 29 de Mayo del año pasado.
-¿...?
-En los trece meses que es alcalde ha construido el mercado, tres fuentes públicas, situadas dos de ellas en el mismo mercado; ha construido varias aceras, muy necesarias, y las ha reconstruido casi todas; ha adquirido una casa para cuartel de la Guardia civil, a la que constantemente se le amenazaba desahuciarla por no pagar el alquiler muchos de los anteriores Consistorios; ha construido un nuevo cementerio, que era de necesidad imprescindible para esta ciudad, y que desde hace veinte años se vinieron ocupando los Ayuntamientos sin resolver nada práctico sobre tan importante mejora. Además, es digna de aplauso su conducta; agotados los fondos municipales, ha comprado de su peculio varios terrenos para construir una escuela graduada (que hace mucha falta, pues son pocas las que existen en la actualidad para un contingente de niños tan numerosísimo como tiene Oliva), sí encuentra el apoyo de los mayores contribuyentes. Igualmente, ha adquirido unos terrenos, junto a la estación, a fin de poder prolongar el paseo.
-¿...?
-Se paga al corriente a los empleados del Ayuntamiento y servicios públicos; se han satisfecho créditos de anteriores Consistorios, que arrojan una cantidad considerable, y hoy día tenemos todas nuestras obligaciones cubiertas.
-¿...?
-El pueblo es bueno; son ciudadanos conscientes de sus deberes, y cumplen sus compromisos para con nosotros con exactitud.
-¿...?
-Si le apoya el pueblo como ahora y continua algún tiempo al frente del Ayuntamiento, hará mucho por Oliva, guiado no solo por su cariño a esta ciudad, sino por su recio espíritu de justicia.
***
He sentido mucho no conocer a este hombre honrado, que rige esta ciudad con el aplauso de todos sus vecinos, mas he hallado en el señor contador un digno sustituto. Le he dado las gracias, en la escalera, donde, amablemente, sonriente, me despide con un fuerte apretón de manos. Me he marchado satisfecho de la Casa Consistorial, donde he encontrado datos muy halagüeños para esta ciudad, que LAS PROVINCIAS, por mi conducto, ha visitado, en su buen deseo de conocer y ser útil a toda la región.
LUIS CARDONA RIERA
Oliva y Julio de 1925.


En aquell temps, Espanya es trobava sota la dictadura del general Primo de Rivera. Francisco Salabert va ser alcalde entre 1924 i 1928, i pertanyia a Unión Patriótica, el partit fundat pel dictador. 

L'esclat de la Guerra Civil, però, el convertí en víctima. Al setembre de 1936, amb 61 anys, fou assassinat per milicians. Les tensions polítiques dels anys previs al conflicte havien generat odis irreconciliables, amb conseqüències devastadores per a nombroses famílies.